QUE ES EL AULA DE LA EXPERIENCIA?

La Universidad de Sevilla creó el Aula de la Experiencia en el curso 96-97 extendiéndose posteriormente a diferentes municipios, entre ellos Los Palacios y Villafranca.

Se trata de un programa de desarrollo científico-cultural, dirigido a personas mayores de 50 años (con y sin estudios) con el cual se pretende conseguir una serie de objetivos como facilitar un espacio para el debate científico o cultural, ofrecer un marco para las relaciones intergeneracionales, mejorar conocimientos profesionales y al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de las personas de estas edades y fomentar su participación en su contexto social como dinamizadores sociales.

martes, 25 de marzo de 2014

POEMA AL MANCHONERO

Aportación del alumno D.  Antonio Repiso



 -      AL   MANCHONERO

   Al deslumbrante cenit cuando el hálito
tórrido por solanos marismeños
trasmina la sal del mito Tartéssico
donde se pierde el río de sus sueños,
se agudiza la verticalidad
ocrecina de la torre del pueblo
desde donde se otean verdes airenes
y el cárdeno mollar del Manchonero.

   Ya la sombra del olivo sentencia
el ecuador de luz al jornalero
y el  “moñisol”  andaluz exprimió
el sudado zumo que riega el suelo,
se restaura con mostos y gazpachos
para seguir labrando con despecho
y su arado, sembrando de ilusión
cada surco de paz el Manchonero.

   Luces racimadas en manchón-tierra
lucen como recursos palaciegos
sobre espectro irisado de este edén
al que nunca faltó de Dios sus besos
para plasmar vivas páginas libres
al pueblo lejano, cercano pueblo
encalado en turquesadas marismas
que nutre de futuro el Manchonero.

   Canal utópico riega memorias
donde brota  “bioluz” de los manchones
erizados con sus bucles pampánicos
y panojas que darán sabrosos versos
violáceos, naranjas, verdes y rojos
entallecidos en viña del cielo,
espejo de campiñas donde campea
el glorioso cid que es el Manchonero.

   Por su dignidad concierto estas rimas;
a cambio aprendo proseguir  su empeño
que el poemario singular de esta villa
la escribe con sudor del noble esfuerzo
y con magia de abonar nueva savia
al manchón con jaez y casta. Discreto
el novado palaciego ancestral
Andaluz del linaje… El Manchonero.


domingo, 23 de marzo de 2014

LA VÍA AUGUSTA Y NUESTRO PUEBLO



Ensayo  historiográfico aportado por el alumno Antonio Repiso Rodríguez al
      
    AULA DE LA EXPERIENCIA DE LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA                                                   
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LA  VÍA  AUGUSTA  Y  NUESTRO PUEBLO

       Tan cierto es que Los Palacios y Villafranca es un pueblo joven como tan antiguo el embrión de sus raíces. Una lentísima germinación en tiempo-espacio y que como toda simiente, muere para enraizar tallo y posterior fruto. Con tal singularidad de muerte reciclada a vida, fructificaría siglos después nuestro pueblo. Ilustración de la simiente más histórica enterrada y renacida como origen de nuestro pueblo, fue la Vía Augusta. La travesía milenaria de la calzada y su desaparición por desuso; el inevitable desecamiento paulatino del, mal llamado a mi entender, Lago; influencias de ancestrales civilizaciones han venido secularmente perfilando el origen de lo que hoy venturosamente disfrutamos como Los Palacios y Villafranca.
     Antes, debo aclarar mis consideraciones sobre por qué el Ligustino estaría mal denominado como lago: -1) Fausto R. Avieno nos transmite en su Ora Marítima de un navegante massaliota quién dejó escrito más de seiscientos años antes, como el Óleum Flumen (Guadalquivir pre-romano) desembocaba en el estrecho de Caoronte, ubicado a la sazón, entre las ciudades de Orippo (Torre Herberos) y Caura (Coria del Río). -2) Desde que el citado nominativo fluvial, se transforme en Baetis pasan siglos.    -3) El término Ligustinus es una versión latinizada del gentilicio Ligur que procedía de, la entonces ya extinta, semántica galo-céltica.   -4) Los romanos, tras suceder y ocupar la expansión cartaginesa y desconociendo lo que fue Laguna Estigia por encontrarse en avanzado desecamiento, apelaron como Ligustinus Lacus, a lo que realmente siempre fue un inmenso golfo del mismo Atlántico, conocido por los pre-románicos, como Tartesii Sinus (hoy todo el territorio desaguado de las Marismas desde Sanlúcar Barrameda y Doñana hasta Coria del Río y que constituían las costas limitadas por las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva). 
     Por lo que no puedo compartir que se denomine lago a tal extensión de aguas saladas nueve veces mayor que la actual bahía de Cádiz. Por tanto entiendo como Lago Ligustino, lo que fuera la cuenca fluvial contenida desde el Estrecho de Caura, hacia Hispalim. Hoy Tablada, S. Juan Aznalfarache-bajo, Charco La Pava, Pañoleta, Heliópolis, Triana y todas las zonas anegadas de Sevilla hasta Alcalá del Río correspondiente al Bronce Final Atlántico, bajo el nombre Lago Ligur, donde vertía la desembocadura fluvial con el nombre semítico Baits y donde se emplazaría la fenicia Spal (ciudad sobre palos, posterior Híspalis romana).
     En el siglo IX (a.C.) Gadir e islas Gadeiras, además de comunicarse con Spal por mar, golfo, lago y río, los sidonios occidentalizados ya lo hacían también por tierra, recorriendo la que después será nuestra ruta Augusta, pero con el topónimo tirio Melkart, nombre más antiguo conocido, mientras que la mención del río Baits(Betis) evoluciona a Tharsis; después Tertis, como “devoción” a la diosa fenicia de la fertilidad Astarté, conformando un delta entre estuarios del Lago Ligur que posteriormente los griegos cambian al focense Tartessos. El conflicto comercial foceo-púnico se inclina a favor de la talasocracia griega y éstos literarán al idioma homérico nomenclaturas como la del río que pasa a conocerse desde entonces como Tartessos Anna y en sus cercanías heredamos el sustantivo Triana, traducido como “Tres Ríos”, al tiempo que el nombre fluvial de Tartessos, aplican también al territorio que hoy disfrutamos como Andalucía y el de Melkart se traduce a Vía Herákleia.
       Así llegaremos a que la historia de nuestro municipio no se conformó con iniciarse desde el Medievo, sino que desde antes de su nacimiento y cerca de su embrión, ya asumía la orientalización de nuestros ancestros tartessios, iberos, turdetanos, dado que nuestro término además de estar plagado de restos de asentamientos diseminados próximos al dinamismo de la Vía Augusta que sumados a las vicisitudes históricas que comentaremos, se concentrarán siglos después en el “genético” Anevel y después consolidar por un lado Los Palacios y por otro Villafranca de la Marisma.   
      Según Tito Livio, Aníbal reclutó mercenarios íberos y arqueros tartessios recorriendo el Camino de Aníbal para emprender la Segunda Guerra Púnica contra Roma. Con este nombre la transitaron los púnicos africanos, sustituyendo el nombre anterior Heráklea griego, para comunicar Gades con Mastia y dado que esta campaña militar se proyectó desde Heraklion (Templo fenicio de Sancti Petri) el ejército de Cartago tuvo que pasar por nuestro término y por tanto, no sería difícil deducir que entre el otero de nuestra actual plaza Miguel Murube junto al castillo Atalayuela y la torre parroquial, se acuartelase por un castro cartaginés al objeto de controlar la navegación del Golfo Tartéssico y la importantísima comunicabilidad del Camino de Aníbal entre Gadir y Cartago Nova, y por donde también podemos teorizar, como ensayo que es este trabajo, podrían haber pasado los temidos elefantes militarizados por el general bárcida.
     Seguían las mareas del Golfo Tartéssico impidiendo asentamientos sociales sobre sus esteros. Pero a medida que la colmatación sedimentosa y otros fenómenos telúricos obligaban al retroceso de aguas marinas,  no se adecuaría hasta la conquista romana su ulterior ocupación. Tras la última guerra púnica, la IX Legio de Scipión derrota y expulsa los futuros tunecinos y aprovechando la transitabilidad del Camino de Aníbal viene imponiendo la  “Pax Romana”  desde la capital del alto impero hasta Gades. Al tiempo con soldados eméritos funda nuevas poblaciones como Itálica,  Salpensa (Utrera), Siarum que dieron lugar a otros asentamientos agropecuarios  como el hallado entre Cortijo El Trobal, Los Villares y Maribañez que próximos a esteros, entonces aún no desecados, propiciaron condiciones epigenéticas, tan decisivas como la propia calzada. Esta viaria cobra cada vez más importancia comercial y militar a partir del dominio romano y desde entonces pasará a conocerse como Vía Hercúlea (sinónimo latino del griego Heráklea). Época propiciatoria de los asentamientos más importantes y cercanos a nuestro pueblo, como los hallazgos paleocristianos de La Noria, muy cerca de la que sería Vía Augusta en su punto cortado por el puente sobre la variante de la N-IV, donde aún quedan vestigios fragmentados de su empedrado, y enterramientos desaparecidos por expoliación y labores agrícolas, de un presunto punto de postas y los importantísimos de Maribañez que siguen exigiendo estudio y rescate para su aportación cultural de nuestra historia local.
      A la integración hispánica el nombre de la ruta de los derrotados Camino de Aníbal, al retomarse en honor a Hércules como Vía Hercúlea facilita desde entonces su explotación, dejándonos los primitivos vestigios del origen  de nuestro pueblo en la orilla nororiental del Lago Ligustino que ya comenzaba a descubrir sus marismas y gracias a la tangente surnoroeste trazada por la Vía Hercúlea, que siempre nos propició preceptiva comunicabilidad en facilitar establecimientos humanos sobre sus cercanos humedales.
     Con el máximo esplendor de la “Pax Romana”, latinización de la Península Ibérica y por ende  de la Baetica, es cuando la Vía Hercúlea pasa a conocerse como Augusta gracias a las ampliaciones y reformas emprendidas en los primeros años del cristianismo, por Cesar Augusto quién la integra en la Vía Domitia para ensamblar comunicaciones y consolidarla como ruta preceptiva entre Gades y Roma, con un trazado de más de mil quinientos kilómetros, cuyo itinerario queda  constatado en los exvotos de Vicarello o Vasos Apolinares.
     Con el topónimo Vía Augusta nos llega el conocimiento de la más importante calzada de la Península Ibérica y una de las más antiguas  "europeas" de comunicación terrestre de la última época romana. Si es  verdad como los caminos hacen pueblos, el nuestro es vivo ejemplo. La calzada romana va condicionando los inicios de nuestra villa, como punto de transición entre Gades y Roma, gracias a la perseverancia secular de la misma direccionalidad cercana y/o paralela con las actuales N-IV, AP-4 (que hoy siguen siendo paso entre Cádiz, Sevilla y Madrid) atravesaba nuestro término  entre parque y muros de Maribañez, Cumbres del Horcajo, SUP-2, por detrás de la Guardería Municipal y del Colegio P. A. Bernáldez, Olivar herencia Ramos,  Rosas de Sevilla, rústica tras Cacesa, Variante Circunvalación, Cercado del Rey, Cancelilla, Carretera del Monte, Dehesa de Coria, con el viario que nos ocupa y que he segmentado por el interés histórico local, entre August Pons (Alcantarilla) y Orippo. Y de la que nos recuerda Estrabón que es a partir de su reparación-ampliación acometidas por Caesar Augustus (primeros años del siglo I d.C.) cuando se consolida como Vía Augusta, el mismo viario conocido hasta entonces con el latino Vía Hercúlea.
     Tres mil años de historias forjando una ruta no podían pasar inadvertidos e inevitablemente fecundaron el embrión de nuestro pueblo que concebido por tal pluralidad de acontecimientos, nacería como punto de postas y paso.
     La caída del imperio romano conlleva su paulatino desuso, consiguiente deterioro y aunque hoy sigamos manteniendo su nombre como ancestro de nuestra memoria o motivación arqueológica, todo ello propició establecer otras rutas alternativas a la Vía Augusta. Como ocurriera durante el reinado de Recaredo sobre el año 586 cuando se establece la comunicación en favor de la Vía Asido-Híspalis. La misma por la que en 712, Muza ibn Nsayr confirma la invasión árabe quien tras conquistar Medina Sidonia, decide estratégicamente la conquista de Carmo antes que Híspalis. Por lo que obvia, o tal vez ya se desconocía el trazado de la Vía Augusta desde Al-Qantar (Puente de Alcantarillas). Sin embargo, a pesar de su desaparición por desuso, durante la ocupación árabe de Isbiliya, vuelven a retomarla los musulmanes con el nombre de Arrecife para explotación de marismas y defensa. Por lo que no es hasta la Edad Media cuando se dieran lugar a los primeros asentamientos de Anevel (Chozas) como fruto de la semilla plantada, que fructificó como nuestra Villafranca de Las Marismas. Se prolonga el Arrecife hasta el otero de Al-Mudeyne, nuestro castillo desaparecido) donde Pedro I construye La Atalayuela y a su alrededor, las primeras viviendas de Los Palacios.

     Desde entonces, como en tiempos arcaicos y más aún desde la unión en el actual Los Palacios y Villafranca, nuestro pueblo sigue fructificando de la semilla histórica germinada por la ruta milenaria más importante de la península, desde Argantonio hasta Al-Mutamid. Viario, camino, ruta, vía comunicativa internacional, cuya desaparición reivindica que de sus fosilizadas entrañas redescubramos el  "ADN" de Los Palacios y Villafranca, como motivación que me ha llevado a recopilar y ordenar cuantos antecedentes expongo en este ensayo para compartirlo con Aula de la Experiencia desde donde promocionar el conocimiento y amor a nuestra historia.                                             

miércoles, 12 de marzo de 2014

MIRAR EL ARTE CON 360º

AULA DE LA EXPERIENCIA – LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA

Asignatura:                MIRAR EL ARTE CON 360º

Profesora Ponente: CONCEPCION MUÑOZ ESTEPA
Alumno:                     ANTONIO REPISO RODRÍGUEZ  / Ciclo 2º  -  Curso 2013-2014

E  J   E   R   C   I   C   I  O
Correspondiente a la 1º clase del 25-Febrero-2014 sobre la Obra:

“EL DESHIELO EN VENTHEUIL”  de Claude Monet (1840-19126) con la que el artista plasma una instantánea del río Sena, eligiendo para ello un encuadre fotográfico que le permite acoplar todos los elementos del paisaje desde el único punto de vista.
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1.-  Observa cuáles son estos elementos y explica cómo se representan. Considera si dan sensación de volumen, si están delimitados por líneas, si contienen muchos detalles, etc.
      En esta tela, como en la práctica totalidad de su obra, “impresionista”  Claude Monet insiste y persiste en seguir estudiando efectos impresionistas de la luz sobre la Naturaleza al aire libre, plasmando cromáticamente los elementos naturales propios del medio ambiente: Sólidos (arboleda, montaña, y restos témpanos semifundidos); Líquido (corriente fluvial) y Gaseoso (cielo, nubes y bruma) todos organizados en equilibrio de perspectiva geométrica de acuerdo con sus posiciones naturales. Las sensaciones de volumen y peso se advierten mediante la distribución organizada de los elementos representados. Se condensa el  mayor volumen sobre la mitad horizontal inferior para caracterizar el agua encauzada y sobre cuya transparencia se reflejan todas las tonalidades del la mitad superior. El volumen de cada elemento se personifica cada cual por sí e integrados armónicamente en su conjunto global, hacia el objetivo final (Ver interés del artista en el punto 6 de este ejercicio) 
      El detalle más significativo es el contraste de dicha transparencia contra la vegetación central, dotada del mayor peso óptico para equilibrar las fuerzas de visión(Ver otros detalles en la Ley te Tercios y descripción de planos en el punto 3 de este ejercicio). Otro detalle resaltado es la masa pétrea montañosa, que contrasta al mismo tiempo con la atmósfera volátil, y el detalle principal es la confluencia de todos los elementos detallados en el centro geosimétrico del cuadro, consiguiendo la perspectiva de fondo, mientras que no debemos obviar el detalle casi imperceptible, de la luz al traspasar intersticios entre ramas arbóreas y el trasluz venciendo el velo brumal y demás detalles expuestos en el punto 3 sobre pormenores hallados en la resolución de superficies.
     No existen líneas como perfiles, lados o contornos (Ver tipos de líneas del apartado -4)

2.- Analiza los colores. Ten en cuenta si son colores cálidos o fríos; si existen muchas tonalidades y contrastes entre ellos, etc.
      El artista utiliza dominantemente los colores azul claro y blanco, pertenecientes a la gama fría y una pizca de rojo y amarillo de gama cálida.  Con pinceladas dispersas de azul claro yuxtapuestas mezcladas con pequeña porción de amarillo que da lugar al tono verdoso, procedente del reflejo superior, plasma con trazos vigorosos la corriente ondulada del río, contrastado con el blanco de los carámbanos, a flote, pero equilibrando la medida de ambos. Mientras el mismo azul turquesado, es degradado con más cantidad de color blanco y lo aplica muy difuminado para describir el elemento cielo, donde a su vez con mínima dosis de amarillo mezclado sobre fondo azulenco, visualiza un verde claro casi imperceptible por donde se cuela la escasa luz velada dentro del resto del fondo blanco grisáceo muy difuminado, consiguiendo efecto de atmosfera envolvente (ver sensaciones/punto -5 del ejercicio). Para componer los tonos sienas de ambas riberas del río y los arboles que las limitan, mezcla una pobre porción de rojo y amarillo con azul, degradados con blanco.
      En conjunto y resumen, parco de tonalidades, por imperativos del motivo escenográfico que obliga a su ejecución cromática equilibrada pero sin caer nunca en la monotonía de la que huye siempre el Impresionismo.

3.- Describe los planos de profundidad que observas en la obra y señala como influyen en las pinceladas y los colores en ellos.
      C. Monet, expresa los elementos, representados al más puro estilo impresionista y organiza el espacio pictórico en los siguientes planos:
      Sobre la fotografía de la obra estudiada aportada en este ejercicio, hemos trazado gráficamente (líneas imaginarias)  para su mejor observación, los segmentos verticales 1V y 2V cruzados perpendicularmente por los horizontales 3H y 4H, al objeto de delimitar la necesaria LEY DE TERCIOS, para encuadrar el PLANO CENTRAL, donde además coincide la LEY DE LA MIRADA ya que con al dotar de Volumen y Peso las CUADRÍCULAS LATERALES CONTIGUAS, donde al ubicar la composición equilibrada simétricamente en sendos complejos arbóreos a sus ambos lados, atraen las FUERZAS VISUALES sobre los PUNTOS DE FUERZAS DEL PLANO CENTRAL en cuyo espacio, de composición estática, también se cumple la LEY DEL HORIZONTE al confluirse integrados, en un grupo desvanecido, todos los elementos resumidos (cipreses verticales ascendentes; ladera media del cerro nevado; fondo de cielo en horizonte lejano y transparencia fluvial en cuya superficie se reflejan y recomponen) pero ya dispersos por pinceladas de suaves toques y manchas superficiales palidecidas para conseguir otros detalles importes como LOS EFECTOS de ETEREIDAD  del FONDO y consiguiente LEJANÍA .
      Disponiendo los tres rectángulos horizontales inferiores, bajo el segmento 4H, compone el PRIMER PLANO, constituido como soporte de todo el PESO VISUAL del TERCIO DEL PLANO CENTRAL detallado en el punto anterior, mediante pinceladas de textura táctil, con trazos vigorosos de alineaciones oblicuas discontinuas para expresar EFECTO MOVIMIENTO de tonalidades azules claros(agua), y blancas (tempanillos flotantes) como si el autor hubiera enclavado su caballete en la rivera interna-izquierda cerca de una elíptica salida del meandro del río, como elemento básico y detallarlo a continuación como cauce recto en forma de trapecio.
      Los elementos incluidos EL TERCIO DEL PLANO SUPERIOR elevados sobre el segmento 3H se configuran como la zona más ligera y vaporosa, ya que al tratarse de elemento atmosférico, se trabaja con pinceladas tenues, muy difuminadas de tonos celestes claros que se intensifican gradualmente hasta azul claro y una pizca de amarillo que al mezclarse con este azulino, se convierte en verde turquesado para dar sensación de abovedamiento de cielo envolvente, contrastado con el elemento sólido del pináculo superior derecho del otero, mientras, en el forcejeo de ambos elementos se esfuman confundidas las ramas superiores de los cipreses de la derecha y las de los árboles de la izquierda.
     Este Tercio se subdivide en dos PLANOS SECUNDARIOS auxilian a su vez a los principales cuando la diagonal desde el ángulo superior derecho hasta el vértice formado con el izquierdo de la horizontal, divide la EL RECTÁNGULO DE LA MITAD SUPERIOR en dos  triángulos. El de la derecha compone el declive del collado, desarrollado con pinceladas gruesas, separando azules y blancos en ofrecer la visión de nieve sobre piedra para contrastar su solidez gélida contra el cielo inclemente que queda enmarcado dentro del triángulo de la izquierda mediante difuminación de azul decolorado sobre blanco grisáceo. En el RECTÁNGULO SIMÉTRICO DE LA MITAD HORIZONTAL INFERIOR centra un trapecio donde encauza la superficie fluvial, constituida como imagen principal, valiendo en primera intención reforzados pinceles de ritmos oblicuos blancos superpuestos, para facultar la corriente de sensación de movimiento, canalizado entre otros dos triángulos laterales donde inicia la declinación rocosa escondida tras la arboleda, hasta decaer progresivamente en el centro de perspectiva donde su transparencia refleja y resume, equilibrando un cromatismo de tonos blancos, azulados, pardos y sienas decolorados para representar el deshielo sobre el agua. Con los triángulos laterales inferiores, compensa la Ley de Tercios proyectando ambas riberas, al componerlos con sus respectivas formaciones arbóreas, dirigidas hasta el punto donde se pierde la perspectiva para conferirle efecto de Plano de profundidad, con pinceladas indefinidas de tonalidad siena, confundida entre su propia sombra oscura y las ramas azulonas cincs,  dando la sensación de lejanía entre los cipreses centrales que se desvanecen entre las nieves del collado y la niebla del cielo.

4.- ¿Qué tipos de líneas estructuran esta composición?
      Para delimitar sus elementos, se obvia cualquier línea trazada como perfil, por dos razones: -a) El impresionismo, entonces tendencia vanguardista que lideró Monet (véase motivos de rechazos expuestos en el punto 7) basa su filosofía, precisamente en buscar la impresión de la luz según el momento, plasmada al aplicar sobre el soporte pinceladas independientes, divisionistas y por tanto, se sacrifica el trazo lineal, como silueta periférica. //-b) En el caso concreto de esta obra y referido a lo anterior, es necesario renunciar a la delimitación de contornos perfilados para poder obtener el efecto de trasluz, así como todo lo tratado en este ejercicio y lo motiva.
      Cualquiera de los trazos proyectados como lineales se obtiene y realzan con pinceladas gestálticas aplicadas en pequeñas manchas y puntos de colores entremezclados hasta formar una imagen o mancha básica, en principio indefinida, como si de cualquier trazo lineal se tratara, pero resultando un conjunto vibrante. Aunque estos toques minúsculos, aisladamente no obedecen a la forma o color del modelo, en conjunto adquieren la unidad necesaria para definir la expresividad de la obra, de modo que las líneas desaparecen y solo existen en la retina del espectador, como separación de los diferentes elementos.

5.- ¿Qué sensaciones te produce este paisaje?
      Conjunto sinestésico de sensaciones provocadas por el ingenio del artista que asombra y satisface la capacidad receptiva del admirador. Si así no fuera, no estaríamos aprendiendo, gracias al  comentario y estudio de la obra de arte que nos ocupa, donde flota ingrávido el peso óptico de la densa traslucidez sobre el frío invernal, que al primer golpe de vista, induce en la intimidad del espectador el ficticio trance de, como si necesitara abrigarse en el recogimiento de la meditación.
      Para completar este punto y evitar reincidencias, damos por incluidas aquí, todas las observaciones anteriores y posteriores referentes a las expresividades sensoriales virtuales en el cuadro estudiado y que con pinceladas trazadas indefinidamente, como al azar, componen imágenes concretas para estimular, a su vez, otras sensaciones autónomas como ritmos dinámicos entre los contrastes de efectos de cercanía y distanciamiento progresivo, hasta perderse en la profundidad de la atmosfera envolvente, de donde parece respirarse su etereidad emergente.

6.- Cuando Monet pintó este paisaje dijo: -“Persigo un sueño… deseo lo imposible. Los demás pintan un puente, una casa, un bote y terminan. Yo quiero pintar el aire en el que se sitúa el puente, la casa el bote… la belleza de la luz que nos rodea…”-  ¿Qué le interesa realmente a Monet de este paisaje?
      La respuesta está implícita en la misma cuestión del tema: -¡LA LUZ! En este caso, una luz tenue y por ende, escasa de tonalidades pero equilibradas entre matices grisáceos para expresar los reflejos mates, propios de la estación invernal bajo nubes, a través de cuyas densidades se trasluce y entre ramajes se filtra.
      Este mismo escenario paisajístico fue pintado innumerables veces por Oscar-Claude Monet, siempre desde la misma posición e igual encuadre, pero en diferentes horarios de las cuatro calendas estacionales, con la finalidad de desarrollar el tratamiento expresivo de reflejos heterogéneos, para captar y comunicar la riqueza de impresiones lumínica.
       Desde que el maestro, marcó  “oficialmente el nacimiento”  del IMPRESIONISMO con su cuadro  “Impresión de sol naciente”, subyugó toda su obra pictórica a la luz natural. La luz incidiendo sobre la naturaleza viva o muerta… el caudal infinito de tonalidades que la luz explaya según la hora del día y según la estación de la época… la diversidad de reflejos que la luz imprime sobre todo lo visible… el dinamismo de la luz… el espíritu lumínico, como luz viva al aire libre bajo la luz directa del sol, de forma que al trabajar sus obras al pleno aire libre, también fue llamado maestro del  “plenairismo, además de adalid avanzado del movimiento impresionista. Ningún pintor de esta tendencia artística, fue tan influyentemente impresionista como Monet hasta el punto que en su obra, el factor dominante es un constante esfuerzo por incorporar este nuevo modo de visión y por encima de todo, la luz; mientras que la composición de masas, volúmenes y superficies tangibles, le sirven únicamente para establecer coherencia adaptable a la intangibilidad de la luz.

7.- ¿Por qué crees que estos cuadros impresionistas fueron rechazados por el público en su época? Investiga tu respuesta.
       El hallazgo industrial de la pintura emulsionada en base ólea, envasada y comercializada en cómodos tubos de cinc, facilita a los pintores del siglo XIX innovadora técnica de aplicación por su facilidad de mezclas y exposición sobre soporte adecuado, abriéndoles otra forma y pericia de plasmar la plasticidad cromática, dando lugar en Francia a esta nueva corriente del  “Impresionismo” que por consiguiente provoca en los artistas que la abrazan, una actitud cómplice de rebeldía y ruptura contra el academicismo estético y la relación artista-mercado. No obstante los jurados de los certámenes y mediadores de arte se mantienen más conservadores del academicismo, induciendo al público hacia veredictos reticentes. Por lo que ante la creciente avalancha novedosa, seleccionan las obras sujetas a los cánones y deciden rechazar nuevos géneros figurativos. Hasta que en 1830 las autoridades parisinas ponen a disposición de éstos la ubicación conocida como  “Salón de los rechazados”  anexo al salón oficial, lo que proporcionó al público temas para ridiculizarlos y a los críticos, motivos de caricaturistas.
      Y como el Arte nace de la Imaginación y pervive por su constante Innovación, estas exposiciones de rechazados llegan a conquistar meritoriamente el progresivo éxito de público, críticas y ventas que van minando el prestigio autoritario del academicismo y mientras los Impresionistas agrandan progresivamente la brecha abierta con el arte oficial, toda la sociedad cultural, universitaria y artística se han rendido a la originalidad de su arte.

      Vicisitudes que reciclan en reto futurista y que les encumbrarían en precursores de las actuales vanguardias y disciplinas de las Bellas Artes.

lunes, 10 de marzo de 2014

EMPRENDER EN FEMENINO- Articulo de nuestro profesor D. Álvaro Romero

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Publicado en el Correo de Andalucía el 04-03-2014

Una librería o una tienda de regalos y decoración son simples negocios mirados desde el escaparate. Pero pueden ser también las ventanas por las que asomarse a las valientes trayectorias de quienes las montaron, fatigosamente, cuando el mundo de la pequeña empresa y el mundo del hogar concordaban con dificultad, sobre todo si quien no abandonaba el hogar para hacerse empresaria era una mujer. Tales fueron las hazañas de Lucrecia Guerrero Canto y de Mari Carmen Villarín Contreras, a las que su Ayuntamiento reconocía ayer sus respectivas trayectorias en las III Jornadas de Sensibilización del Emprendimiento, dentro de las actividades programadas para celebrar el Día Internacional de la Mujer.
Lucre abrió una librería con el apellido de su marido, Librería-Papelería Distinguido, hace ahora 31 años. Pero fue tal su dedicación y su carisma con proveedores y clientes que nadie en el pueblo sabe ubicar el negocio si no es por «la librería de Lucre». A lo largo de estas décadas, el establecimiento no sólo se ha consolidado en la localidad sino que ha integrado laboralmente a buena parte de la familia, incluidos sus tres hijos. Ahora, mientras Lucre lucha contra una grave enfermedad, son ellos los que dirigen el negocio, pero todos recordaban en el acto de ayer cómo Lucre iniciaba su vida laboral con 17 años, como encargada en la preparación de botes de aceituna para la empresa Libby y cómo, con los años, acabó teniendo manos para la librería, para la casa y hasta para confeccionar flores y tocados flamencos que le han requerido clientes de toda España. «Estoy pasando una rachita mala, pero no pasa nada; hay que seguir adelante», dijo ayer tras recibir una placa de reconocimiento de manos del alcalde, Juan Manuel Valle (IP-IU), y un aplauso que no terminaba por parte del público que abarratoba el salón de actos de la Casa de la Cultura. Allí estaba casi toda la saga de los Distinguido, su familia política, que ha dado cantaores, cineastas y confiteros a partes iguales en este municipio de 38.000 habitantes del Bajo Guadalquivir.
A Mari Carmen Villarín la conocen ahora como «la de Regalos Mari Carmen», pero eso las nuevas generaciones que han conocido sus establecimientos, paulatinamente ampliados, de regalos y decoración para el hogar. Desde hace más de 20 años se la conoce también en el pueblo como «Mari Carmen la de los veinte duros», pues fue la pionera local en instalar una de las famosas tiendas de Todo a Cien que tanto pulularon por la provincia a comienzos de los 90.
Con sus tiendas, Mari Carmen ha llevado su casa en las últimas dos décadas esforzándose por conciliar vida laboral y familiar. “Ahora trabajamos los de casa, pero antes de esta crisis llegamos a tener hasta cuatro personas de fuera contratadas”, decía ayer tras el aplauso que le dispensaron vecinos, amigos y familiares.
Apretada agenda cultural. La Delegación de Igualdad del Ayuntamiento palaciego inauguraba ayer la agenda programada para celebrar el 8 de Marzo con una charla de la concejala del ramo, Irene García, quien recordaba la lucha de la mujer por hacerse su justo sitio en la sociedad desde el siglo XVIII y no desaprovechaba la oportunidad para censurar los recortes en materia educativa, de sanidad y la nueva ley del aborto del Gobierno central. «Estamos dando pasos hacia atrás después de lo que han luchado mujeres como las que homenajeamos hoy, que son un ejemplo para estas nuevas generaciones que dudan si montar su proyecto o no por las muchas dificultades que se les presentan», dijo.
Hoy se repartirán lazos en el mercadillo de los miércoles y, por la tarde, está prevista una sesión de Cuentos por la Igualdad en la plaza de España. A las 19.00 horas tendrá lugar un reconocimiento a la Mujer Cuidadora, organizado por la asociación de discapacitados físicos Adifipa. A las 20.30 horas, se inaugurará en la Casa de la Cultura la exposición de la pintora local Inma Fierro bajo el nombre de Venus.
Hasta el próximo sábado día 8, están previstas actividades y talleres sobre gimnasia hipopresiva, charlas sobre la nueva ley del aborto, obras de teatro, jornadas de empleo dirigidas a mujeres o incluso la II edición del programa Descubre tu pueblo. Historia de la Mano de Obra Femenina en Los Palacios en el siglo XX, que incluye una visita al museo etnográfico de Juan Begines de la mano del archivero municipal Julio Mayo. Hasta el viernes, se desarrollarán talleres de pintura artística, artesanía, corte y confección y restauración en la Casa de la Cultura.

  • El sábado tendrá lugar el almuerzo-convivencia de mujeres, que este año organiza la asociación Atenea. Entre el 10 de marzo y el 4 de abril se desarrollará, por otra parte, una campaña de sensibilización dirigida a alumnos de 5º de Primaria de todos los colegios bajo el lema Educar por la Igualdad. Es un extenso programa de actos que organiza el Ayuntamiento de Los Palacios y Villafranca para conmemorar la lucha de la mujer y su capacidad emprendedora en este mu nicipio de la provincia.

viernes, 7 de marzo de 2014

HOMENAJE A NUESTRA COMPAÑERA LUCRE

Con motivo del día de la Mujer Trabajadora, el Ayuntamiento de Los Palacios y Villafranca ha distinguido con el premio a la Mujer Emprendedora a nuestra amiga y compañera Lucrecia  Guerrero Campos, siéndole entregada una placa conmemorativa por el Señor Alcalde de la localidad,  en presencia de la Delegada de Cultura y numerosos amigos y familiares que han asistido al emotivo acto.














ANTONIO MACHADO, EL POETA DE LA ESPERANZA

Articulo publicado por nuestro profesor de literatura D. Álvaro Romero, el pasado día uno de marzo  en el Correo de Andalucía



Por Álvaro Romero Bernal. Doctor en Periodismo y profesor de Literatura
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En el curso que impartimos en el Aula de la Experiencia de la Universidad de Sevilla sobre la gestión de los sentimientos universales en los poetas andaluces del siglo XX intentamos focalizar un valor concretísimo que haya catapultado a cada escritor estudiado a ese parnaso inolvidable del canon indiscutible. Antonio Machado, ese poeta profeta que nos advertía a los españolitos que íbamos a venir al mundo de que una de las dos Españas iba a helarnos el corazón; ese poeta modernista y sin embargo filósofo que interpretó en sus versos y en sus días aquel amargo romance de Lope, «de mis soledades vengo, a mis soledades voy…»; este poeta de eterna melancolía cuyos restos en el vergonzoso exilio más allá de los Pirineos nos siguen recordando, tres cuartos de siglo después, los usos y costumbres de esta pobre Patria nuestra con sus mejores hijos –no sólo los nacidos bajo aquel mal que llamaron del 98–; este poeta, digo, tan ligero de equipaje en vida como en leyenda, es sobre todo el poeta de la esperanza. O decidámonos con la mayúscula, sí: de la Esperanza, más allá de la tarde, del camino, de los peñascales de Castilla, de los lindos pegasos de madera… Y esa Esperanza ineluctable es la que hace de Antonio Machado un poeta no sólo inolvidable, sino –lo que es más importante– necesario.
La esperanza, que puede ser interpretada como la enfermedad de los ilusos, es no obstante el motor de los visionarios cuando éstos sustentan sus palabras en una aguda cosmovisión que siempre supera el desenfocado radio de lo estrictamente personal. Machado, que tantos motivos personales tuvo para la desesperanza, supo combatirlos todos a base de miradas solidarias hacia el porvenir. Sobre todo a partir de la edición definitiva de su libro capital, Campos de Castilla, en 1917. Y ello a pesar de que fue a partir de entonces cuando las razones desesperanzadoras, sibilinamente, empezaron a cercarlo a él y a su (nuestro) país. Había muerto Leonor, su gran amor; él envejecía, «triste, cansado, pensativo y viejo»; y aquella España «de charanga y pandereta» se deprimía más aún que la que acababa de perder Cuba y por ende el Imperio, aunque en su inconsciencia autodestructiva fuera el propio Machado quien tuviera que apuntar en alejandrinos: «Castilla miserable, ayer dominadora / envuelta en sus harapos, desprecia cuanto ignora».
Y sin embargo, la esperanza radical del poeta sevillano lo envuelve todo. Antes de que fallezca Leonor, su corazón «espera otro milagro de la primavera» tras contemplar las hojas verdes que le habían salido al olmo seco. Tras la muerte de su joven esposa, su esperanzada pluma puede seguir escribiendo: «Sentí tu mano en la mía, / tu mano de compañera, / tu voz de niña en mi oído / como una campana nueva, / como una campana virgen / de un alba de primavera. / ¡Eran tu voz y tu mano, / en sueños tan verdaderas!… / Vive, esperanza, ¡quién sabe / lo que se traga la tierra!». El poeta de la monotonía de lluvia en los cristales es ya un comprometido ciudadano que sueña con “una España implacable y redentora, / España que alborea / con un hacha en la mano vengadora, / España de la rabia y de la idea. Su carácter esperanzado es ahora una consigna vital que alcanza, existencialmente, hasta las raíces del religioso folklore heredado, para rechazar el sinsentido de un «Jesús de la agonía», aunque sea «la fe de mis mayores», y reivindicar al Jesús «que anduvo en el mar»…
Tal vez no haya versos que delaten mejor la esperanza de su ADN que aquellos inmortalizados por Serrat: «Caminante, son tus huellas / el camino, y nada más; / caminante, no hay camino: / se hace camino al andar». En esos cuatro versos radica un potente principio de amor a la vida, al libre albedrío, a la construcción personal. Y asimismo un antídoto contra el pesimismo, la desidia, el destino. Si es absolutamente verdad que se hace camino al andar, el futuro depende del presente, y el presente del pasado. Y tal afirmación es tan permanentemente esperanzadora que sólo un poeta de la talla artística de Machado –tan intensamente lírico, tan líricamente reflexivo– podía habérnosla legado.
Hoy conviene recordar esos versos, estudiarlos, reivindicarlos, promocionarlos, practicarlos. Los necesita esta juventud triste que, en la desestabilidad exiliada o en el paro interior, no ha tenido la suerte aún de que se los administren. Los necesita la población madura, cuya madurez ha de ser siempre un inteligente equilibrio entre la experiencia y el sueño inacabado. Los necesitan los viejos, que han de testimoniar, mal que les pese a algunos, la incontrovertible sabiduría machadiana.
Ya hace un siglo del despertar comprometido de un Machado que, pese a sus pérdidas, vislumbra como nadie –en verso o en prosa– las necesidades de una España cainita y atrasada que sueña con un futuro mejor, aunque para todo ello hubiera que pagar el excesivo precio de tanta sangre fraterna y derramada, de tantos años en el olvido del poeta y su esperanza. Ya hace 75 años de la muerte de un Machado que atravesó la frontera hacia el Colliure de su abandono, para dejar morir allí su cuerpo, que no su palabra, tan bella como utilitaria. Su legado poético, tan esperanzador, ha de servirnos para volver a proyectarnos otro siglo más, por muchas crisis que nos aticen. Comulguemos su último verso, su último aliento: «Estos días azules y este sol de la infancia».